En la Figura 18 vemos el inducido del
motor de arranque que hemos sacado del interior de la
carcasa de las masas polares (Figura 17). En la imagen hemos señalado
las distintas partes fundamentales que deberemos tener en cuenta a la hora
de analizar el inducido.
Antes de comenzar con cada una de esas partes,
señalar que existe una comprobación que tiene la finalidad de comprobar la
posible excentricidad del eje del inducido. Este posible defecto se puede
verificar fácilmente apoyando los extremos del eje del inducido sobre dos
bases paralelas y haciendo rodar a este por ellas. Si el inducido rueda como
a saltos, será señal de una cierta deformación en el eje.
Vemos en la Figura 18
marcado con el nombre de colector, una especie de cilindro, en
cuya superficie observamos unas laminas de cobre denominadas
delgas. Ya en el centro del inducido podemos ver los extremos de las
bobinas de cobre, que no vemos justo en el centro porque atraviesan un
chasis formado por laminas de hierro. En el lado derecho del inducido se
encuentra un engranaje cuya misión es la de trasmitir la fuerza de rotación
a la reductora, y esta a su vez, al piñón de ataque. Este engranaje no
deberá presentar desgaste importante en sus dientes.

Como se aprecia en
la figura de abajo, cada bobina tiene dos extremos (no es más
que un hilo macizo de cobre con un determinado espesor, por tanto, cada
tramo de hilo será una bobina y cada bobina tendrá dos extremos). Cada
extremo de cada bobina estará conectado a una delga. De este
modo, cada bobina estará conectada a dos delgas. Cada bobina
se une a otra bobina por un extremo, y el extremo de las dos, a una delga.

1ª Prueba: La continuidad entre delgas.
Limpiamos las canales existentes entre delgas. Colocamos el Tester en posición de ohmetro, si tiene sonido para
medir continuidad mejor. Colocamos una de las pinzas del Tester en una de
las delgas, y con la otra vamos pasando por encima de todas las demás
delgas, debiendo sonar el Tester en todas y cada una de ellas. Si en alguna de ellas no
hubiera continuidad, la marcaríamos con un simple rotulador y seguiríamos
con la prueba.
Posible solución si la 1ª prueba es
desfavorable: En la Figura 19 podemos ver los extremos de 2
bobinas conectados a una delga. Esos extremos pueden ir conectados a la
delga por la propia presión de un anillo (como en el caso de la Figura 19)
o bien estañados. Si esta conexión fallara, es muy posible que estañándola
pudiéramos solucionar el problema.
2ª Prueba: Aislamiento de bobinas y
delgas con respecto al eje y chasis del inducido. Esta prueba es muy rápida
y sencilla. Con el Tester en ohmetro, lectura de continuidad como en la
prueba anterior, colocaremos una pinza en una de las delgas y con la otra
tocaremos el eje del inducido y después el chasis. Si no suena de ninguna de
las formas el Tester, o sea, la resistencia es infinita, delgas y bobinas
estarían bien aisladas. En caso contrario, estaríamos hablando de un
inducido, probablemente quemado. La solución sería costosa, solamente
viable en motores de arranque industriales de dimensiones importantes, cuyo
precio excede con creces al de un automóvil, furgoneta, camión, etc.

Conicidad debida al desgaste en las delgas
del colector.
Como norma general, antes de realizar la
reparación de cualquier elemento, se suele probar en conjunto para no perder
tiempo y dinero en el caso de que surja algún problema posterior que eleve
la factura y nos haga renunciar a esa reparación y optar por la sustitución
del elemento. No obstante, aunque el rectificado de la conicidad del
colector se realiza posteriormente a las pruebas 1ª y 2ª, si debemos
realizar antes de estas pruebas la limpieza de las canales con el
separador aislante, (Figura 19).
Estas canales suelen llenarse de restos de
cobre y grafito, debido al desgaste de las escobillas y las delgas, pudiendo
llegar a conducir la electricidad entre delga y delga por la propia canal.
Esta circunstancia nos daría una lectura errónea en la 1ª prueba. Por tanto,
limpiaremos las canales antes de la 1ª prueba.
La zona de las delgas deformada por la acción
de las antiguas escobillas (Figura 19), provoca que las nuevas no
hagan contacto con la totalidad de la superficie, generan desgastes
irregulares en ellas, reduciendo el rendimiento del motor de arranque y
pudiendo llegar a cruzar y partir las escobillas.
Para paliar este defecto provocado por el
desgaste, bastará con un leve torneado del colector de delgas,
teniendo en cuenta la profundidad de las canales y el espesor de las delgas.
Dependiendo del desgaste de las delgas, en la vida del inducido nos dará
para uno o dos torneados del colector. En inducidos de motores de arranque
industriales, será viable económicamente, la reparación del inducido
sustituyendo el propio colector.